No soy una persona insistente, sino una persona persistente.
No lucho por aquellos que me abandonan, sino que lucho para no abandonarme.
Y sobre todo; creo que los sueños son solo eso; Sueños. No quiero dejar de creer en cuentos de hadas sino pensar que yo misma tengo mis bolsillos llenos de polvos mágicos que de una manera u otra me haran cambiar mi mundo.
Estoy leyendo El Principito, un libro que la primera vez que lo lei me parecio sobrevalorado y cansino. Y ahora que lo vuelvo a leer no paro de maravillarme al ver que grandes enseñanzas posee. Mi fragmento favorito es dificil de definir...porque me gustan todos...pero si me tengo que quedar con uno en especial es con el dialogo entre la rosa y el principito, que me ha ayudado mucho a llevar con una sonrisa mi situación actual:
El principito y la rosa:
Para que lo comprendais un poco la historia, El principito tiene una flor en su planeta que es uan especia de metafora del amor que se tiene hacia otra persona. La cuida la riega continuamente porque la quiere, pero llega un momento que ve que ya no se siente a gusto con ella, que ya ella no le hace feliz, entonces piensa que no sabe nada del mundo, por lo que decide partir hacia otros planetas para conocer el mundo. Entonces cuando se despide, la rosa que estaba muy mimada le pide que no le coloque la hurna que el le ponía para que el viento no la moleste, o que otros animales no le hagan daño:
-Y los animales...
-Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.
Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:
-Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.
La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...
-Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.
Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:
-Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.
La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...
Me parece un extracto maravilloso y lleno de moralejas. Pienso que es mi situación actual. Necesito soportar los momentos dificiles apra poder conocer los buenos. Y si algo me va a hacer daño tendre que sacar mis "espinas" para que me hagan el menor daño posible.
Muacks
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