La desgracia de Madrid se repite en Francia, pero con connotaciones diferentes. Hace un año un avión de Spanair se estrellaba nada más despegar, muriendo gran parte de la tripulación, incluidos pilotos. Hace un par de días salió la noticia de que un Airbus de Air France, totalmente nuevo, desaparecía del radar, sin esperanzas de ser encontrado. La población francesa, los medios de comunicación, y los organos del gobierno estan conmocionados por los cientos de pasajeros franceses que volvían de sus vacaciones en Brasil, o simplemente volvían de viajes de negocios. Una triste noticia que se confirma con la confirmación de que la mancha de petroleo que había cerca de las costas brasileñas consiste del carburante de ese avión. Ahora el problema será encontrar la caja negra, algo que ya se prevee imposible, por la dificultad de la zona de caída.
Tragedias como estas hacen que otros temas como el Roland Garros, o las elecciones europeas (a la vuelta de la esquina) no tengan cabida alguna en los informativos ni en las mentes de los ciudadanos. Me solidarizo con todos aquellos que no verán llegar a sus prójimos llegar al aeropuerto, ni los volveran abrazar. Espero sinceramente, que tengan un hombro donde llorar esa perdida, y una sociedad que los apoye en su camino hacía adelante.
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