De vuelta a París, con dos latas de litro de aceite de oliva, un chorizo iberico, y bastantes paquetes de jamón al vacio, ha sido suficiente como para sentirme mucho más cerca de casa. Mi próxima vuelta a Montilla será en Semana Santa, dentro de nada....pero mientras tanto aprovecho lo máximo para seguir con mi vida parisina. Ya no la considero estancia, sino ya vida.
En Montilla he estado con la familia, he comido de todo lo bueno posible, he probado el aceite de oliva del que tanto me hablo mi padre, y con él que casi se me ponen los ojos en blanco a tomarme una tostada con él (simplemente, con probar ese aceite, ya ha merecido la pena el viaje). Ha sido un finde corto pero necesario.
Ahora sigue mi vida en París. Ya hice la mudanza a mi nuevo piso y ahora tengo contracturas por toda mi espalda después de las pedazos maletas que he ido moviendo de un lado a otro. Ahora solo me queda empezar de nuevo hoy mis clases de francés en el ayuntamiento, y aprovechar el 100% de mi tiempo para cultivarme tanto interiormente como exteriormente.
Mil besos
1 comentario:
que guayyyy maria todavia no me habia metido en tu pagina!esta muy chula! y anda que te pones tocina con tanto chori!jajaja como en el hipercor hipermejor ehhh
un abrazo!
sole
Publicar un comentario